Tres estrategias desinformativas que contaminan el debate público en Venezuela: cuentas troll que difunden rumores, audios editados con intenciones maliciosas y leyes que ponen en riesgo la libertad de expresión
En la víspera de las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela, emergen tácticas desinformativas que socavan la integridad del debate público. La cuenta «MundiYO Político», activa desde noviembre de 2023, ejemplifica la manipulación de la opinión pública mediante la difusión de rumores y contenidos engañosos contra la oposición, con amplificación por medios estatales. Paralelamente, la manipulación de declaraciones de figuras opositoras, como María Corina Machado, mediante audios editados, intenta desacreditar otras posturas políticas. Además, la implementación de la Ley contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares apunta a una regulación restrictiva del discurso, creando preocupaciones sobre posibles represiones contra la disidencia. Estas prácticas ilustran un panorama desafiante para la democracia y las libertades de información y de expresión en el país.
Un troll en El Mazo
En un escenario electoral cargado de tensiones y expectativas, la cuenta “MundiYO Político” en X ha surgido como un ejemplo de cómo las técnicas de desinformación se utilizan para influir en la percepción pública y manipular el discurso político. Esta cuenta troll está activa desde noviembre de 2023 y desde entonces participa activamente en la difusión de rumores y contenido engañoso dirigidos contra figuras de la oposición venezolana, que luego son amplificados en Venezolana de Televisión.
Catalogada bajo el término “troll” según el “Glosario de términos referentes a la desinformación” de C-Informa, “MundiYO Político” adopta una personalidad ficticia para propagar desinformación y contenido polarizado, alcanzando a una audiencia significativa en el contexto de las elecciones presidenciales de 2024. Esta cuenta, que previamente pertenecía al YouTuber venezolano @HayUnJuan, muestra cómo perfiles comprometidos pueden ser reutilizados para fines propagandísticos, operando bajo una nueva identidad que coincide con ciclos electorales.
La misión de “MundiYO Político” parece centrarse en sembrar discordia dentro de la oposición, buscando debilitar su imagen y ridiculizar sus esfuerzos de unificación. Este enfoque no solo influye en la opinión pública en línea sino que también trasciende a medios tradicionales, como se evidencia en la retransmisión de estos rumores por parte del programa televisivo “Con El Mazo Dando”, conducido por Diosdado Cabello.
Este último aspecto revela una sinergia entre cuentas trolls y plataformas de comunicación del gobierno, donde el contenido generado por “MundiYO Político” es citado como fuente confiable, otorgándole una credibilidad indebida y amplificando su alcance.
Editan audios para justificar que pide sanciones
Las palabras de María Corina Machado han sido sistemáticamente distorsionadas por sectores alineados con el gobierno venezolano. Un ejemplo de esta manipulación es el uso malicioso de un audio editado con la voz de Machado y compartido recientemente por el canciller Yvan Gil. Esta grabación, sacada de contexto, pretendía demostrar que Machado en la actualidad apoya sanciones perjudiciales contra el pueblo de Venezuela, acusándola de promover un «plan fascista».
Pero el audio en realidad data de octubre de 2018 y proviene de una declaración que dio Machado tras el fallecimiento en custodia del concejal Fernando Albán. La líder opositora rechazaba lo que consideraba un proceso de diálogo insincero y enfatizaba la necesidad de sanciones dirigidas específicamente contra individuos del gobierno involucrados en corrupción y violaciones de derechos humanos.
Legislación ambigua contra la disidencia
La reciente aprobación —en primera discusión en la Asamblea Nacional— de la Ley contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares en Venezuela representa un punto de inflexión en la política gubernamental hacia la regulación del discurso público. Esta ley, compuesta por 30 artículos, se presenta con el objetivo de preservar la «convivencia pacífica» y proteger a la sociedad venezolana de cualquier expresión considerada como fascista o similar.
Dentro de esta legislación, el término «fascismo» se define ampliamente y abarca una variedad de posturas ideológicas y expresiones como el racismo, chovinismo, clasismo, entre otros. Esta ambigüedad con la que define al fascismo, lo aleja significativamente de la definición histórica y doctrinal del término —un movimiento político y social totalitario caracterizado por el corporativismo y la exaltación nacionalista— asociado con gobiernos como el liderado por Mussolini en Italia, o el régimen nazi de Hitler en Alemania.
Críticos y activistas de derechos humanos advierten que esta ley podría servir como un mecanismo adicional para reprimir voces opositoras, camuflando la censura y la represión política bajo la bandera de la lucha contra el fascismo. La preocupación radica en que la amplia interpretación del fascismo pueda ser utilizada para justificar acciones contra cualquier forma de crítica o descontento, socavando así los principios democráticos y las libertades civiles.
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