Su presencia en la cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, generó expectativas de que Venezuela pudiera unirse a este bloque de economías emergentes. Sin embargo, la solicitud de ingreso fue rechazada y la participación del mandatario se limitó a un rol simbólico como invitado
En octubre de 2024, la presencia de Nicolás Maduro en la cumbre de los BRICS fue promovida por propagandistas afines a su gobierno como un logro geopolítico significativo. Sin embargo, esta narrativa distorsiona la realidad de su participación, que estuvo marcada por limitaciones diplomáticas y simbolismo más que por avances concretos.
Aunque Maduro calificó su asistencia como «histórica» y destacó el supuesto respaldo internacional, su rol se limitó a la de un invitado y no formó parte de las decisiones clave del bloque. La negativa del grupo a aceptar a Venezuela como nuevo miembro expuso las barreras políticas y la falta de consenso en torno al reconocimiento internacional del gobierno venezolano. Esto evidencia que, lejos de un avance significativo, la participación de Venezuela en el evento quedó en un plano protocolar sin impacto tangible en la integración al BRICS.
Venezuela no entró al BRICS
El 22 de octubre de 2024, Nicolás Maduro llegó «de forma inesperada» —porque el viaje no había sido anunciado previamente— a Rusia para asistir como invitado a la cumbre de los BRICS. Durante el evento, que calificó de «histórico», afirmó que su presencia representaba un avance para la geopolítica global. En esa misma cumbre, se aprobó la incorporación de 13 nuevos países al bloque —entre ellos Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba e Indonesia— mientras que las solicitudes de Venezuela y Nicaragua fueron rechazadas, lo que dejó en evidencia las decisiones estratégicas del grupo en la selección de sus nuevos miembros.
Tras la negativa, la Cancillería venezolana emitió un comunicado oficial denunciando el veto de Brasil a la entrada de Venezuela en los BRICS durante la cumbre en Kazán, calificándolo como una «agresión» y un «gesto hostil». El comunicado también destacó el «respaldo y apoyo» de otros países participantes, al tiempo que criticó la postura brasileña por considerarla «inexplicable e inmoral». Asimismo, se subrayó que esta acción afectó negativamente las relaciones bilaterales, a pesar de los esfuerzos recientes por fortalecer los lazos entre ambas naciones.
Durante la cumbre, Maduro se reunió con Vladímir Putin, encuentro que no se daba desde 2019. En aquella ocasión, el contexto político era similar al actual, con un posible desconocimiento internacional de la legitimidad del gobierno de Maduro a partir del próximo 10 de enero, cuando se inicia un nuevo periodo presidencial en Venezuela. En su discurso, Putin reiteró los lazos con Venezuela y se refirió a este país como un «socio fiable», destacando que los valores de los BRICS eran «muy cercanos» a los de Venezuela.
Además de los encuentros bilaterales con Putin y otros mandatarios, Maduro fue fotografiado junto a líderes como Recep Tayyip Erdoğan de Turquía, Mahmud Abás de Palestina, Xi Jinping de China y Alexander Lukashenko de Bielorrusia. Estas imágenes están siendo utilizadas para proyectar una imagen de legitimidad y respaldo internacional.
Brasil no ve ventajas en la adhesión de Venezuela
Maduro no logró concretar la entrada de Venezuela en el grupo de los BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que recientemente aceptaron a Egipto, Irán, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos. A pesar de las gestiones de la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el canciller Yván Gil, la resistencia de algunos miembros, especialmente Brasil, resultó determinante. El asesor de Lula Da Silva, Celso Amorim, declaró a la prensa que “no vemos ninguna ventaja” en la incorporación de Venezuela.
La negativa de Brasil a apoyar la incorporación de Venezuela se debió a la falta de transparencia en las recientes elecciones presidenciales venezolanas, celebradas el 28 de julio. Desde Brasilia, se ha insistido en que Maduro presente pruebas de su victoria, lo cual refleja la posición del gobierno de Lula Da Silva. Sobre este punto el analista Daniel Arias, citado por el diario El Tiempo de Colombia, señala que la postura de Brasil busca evitar conflictos con el G7 y otros países que han manifestado dudas sobre la legitimidad del proceso electoral en Venezuela.
Además, la postura de Brasil podría estar motivada por un deseo de filtrar los criterios de admisión al grupo para evitar una expansión descontrolada, tal como mencionó el propio Celso Amorim al sugerir que el grupo de los BRICS no debería convertirse en un nuevo G77.
Maduro estuvo en primera fila, del lado de los invitados
La presencia de Nicolás Maduro en la foto oficial de la cumbre de los BRICS se explica por su participación como invitado, junto a representantes de otros 30 países que asistieron al evento.
La cumbre reunió tanto a líderes de los países miembros y socios del bloque como a naciones invitadas, con el propósito de discutir la expansión y el fortalecimiento de este grupo de economías emergentes. La inclusión de estos invitados en la foto oficial responde a un protocolo de cortesía habitual en este tipo de reuniones internacionales, donde se busca reflejar una amplia participación diplomática.
En la imagen, el mandatario venezolano aparece en la primera fila, pero ubicado hacia el extremo derecho, separado de los presidentes de los países que conforman el núcleo del bloque y de los nuevos socios recientemente aceptados. Esta disposición destaca la diferencia entre los líderes de los BRICS y los asistentes invitados, subrayando que la presencia de Maduro no implica un reconocimiento formal como miembro o socio, sino más bien su participación como observador en calidad de invitado.
No es cierto que Putin impidió la entrada de Maduro a una reunión oficial
Un video que circula en redes sociales, donde se ve a Vladímir Putin indicando a Nicolás Maduro una salida tras saludarse, ha sido utilizado para afirmar falsamente que el presidente ruso le impidió al mandatario venezolano ingresar a la sala con los líderes de los BRICS.
El equipo de verificación de RTVE desmintió el bulo y explica que en realidad, Putin solo estaba señalándole la puerta por la que debía acceder a otra sala para una reunión bilateral entre ambos.
Es importante aclarar que Maduro no participó en las reuniones oficiales de la cumbre porque Venezuela no es uno de los nueve países que forman parte del bloque, ni fue aceptado en el grupo de países socios, lo que explica su ausencia en esos encuentros formales.
Contrarrestar críticas y consolidar percepciones
El viaje de Maduro también sirvió para abordar otros temas sensibles, como las recientes acusaciones de Israel sobre la presencia de grupos de Hezbolá en Venezuela, Bolivia y Nicaragua. En este contexto, la cumbre de los BRICS proporcionó un espacio donde Maduro buscó obtener el respaldo necesario para contrarrestar las críticas internacionales y consolidar la percepción de apoyo global hacia su gobierno, sin embargo no es posible determinar que este esfuerzo haya resultado exitoso.
La estrategia de Maduro incluyó la promoción de las «inmensas reservas de energía» de Venezuela como un aporte significativo al bloque, argumento reforzado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez en sus redes sociales. Sin embargo, este enfoque no fue suficiente para superar las barreras diplomáticas que impidieron el ingreso de Venezuela al BRICS.
El llamado eje Caracas-Moscú es clave para la estrategia de Maduro, quien confía en que el apoyo de Rusia ayude a Venezuela a unirse al grupo de los BRICS en el futuro. Durante la cumbre, Putin destacó la creciente cooperación en áreas como energía y tecnología, lo que Maduro recibió con optimismo, reafirmando su disposición a seguir fortaleciendo la alianza y atraer inversiones rusas. A pesar de las críticas de Estados Unidos y la Unión Europea, el mandatario venezolano afirmó que Venezuela ha superado las adversidades y siente que en los BRICS no enfrenta reproches políticos, salvo la resistencia de Brasil.
Venezuela mantiene relaciones comerciales bilaterales con países que integran el BRICS, como son China y Rusia, con quienes ha establecido acuerdos en sectores estratégicos como energía y tecnología. Sin embargo, estas relaciones no se extienden al bloque en su conjunto, ya que no existen tratados o negocios formales entre Venezuela y el grupo de naciones agrupado en los BRICS. La cooperación se limita a convenios específicos con cada país, sin alcanzar un marco multilateral con el bloque.
El viaje de Maduro a la cumbre de los Brics dejó en evidencia las limitaciones diplomáticas del gobierno venezolano en el ámbito internacional. Aunque Maduro se reunió con Putin y fue fotografiado junto a otros líderes, la negativa de Brasil y la falta de consenso sobre la admisión de nuevos miembros resaltaron las dificultades para alcanzar un reconocimiento internacional amplio. La cumbre ofreció un espacio para maniobras políticas, pero no logró el objetivo principal de posicionar a Venezuela como miembro del grupo.
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