Una vez más el turismo se muestra como un motor que impulsa el Gobierno de Maduro, pero que está rodeado de desinformación porque en realidad no hay suficiente gasolina para que este sector se impulse pues la banca nacional no le presta nada
Con la Serie del Caribe a punto de iniciar, el Gobierno venezolano busca brindar una imagen de un país que promueve y financia el desarrollo turístico. Sin embargo, esto es falso. El turismo en el país sigue siendo el gran relegado de la mesa a la hora de repartir créditos.
El Gobernador de la Guaira, José Alejandro Terán, ha sido el último vocero en promover la idea de que los créditos al turismo desde la banca están entregándose de forma continua y abundante.
«En La Guaira desde el 2022 se han entregado más de $1.610.000 en créditos», señaló este 31 de enero en medio de una jornada organizada por el Banco Venezuela en esa entidad que será sede del más importante encuentro deportivo de béisbol del Latinoamérica; pero el dato suministrado se aleja de los números reportados por la banca venezolana.
Sin embargo, el discurso que el turismo se está impulsando y se va a impulsar a través de la banca no es algo que se le ocurrió solo al gobernador actual de la Guaira, el discurso viene de puestos más altos del Gobierno, iniciando por el propio presidente Nicolás Maduro y replicándose por sus voceros y en redes.
Hace dos meses, el 1 de diciembre de 2022, Nicolás Maduro a través de una transmisión por el canal del Estado, VTV, llamó a la banca privada a «soltar la platica» para el turismo, aunque no precisó cómo lo harían ante las condiciones que vive el sector bancario y las restricciones al crédito que se imponen desde Sudeban.
El anuncio de reavivar y reactivar la cartera de créditos para el sector turístico lo hizo Maduro desde el estado Anzoátegui y desde el marco de la Clausura de la XV edición de la Feria Internacional de Turismo de Venezuela (FITVen 2022). «Dentro del plan de crecimiento económico vamos a reactivar y reavivar de manera especial la cartera de turismo con créditos en moneda internacional», dijo Maduro.
Su discurso no solo se quedó en una transmisión televisiva y en quienes acompañaban al presidente in situ, sino que también fue replicado por el aparato comunicacional del gobierno, que amplificó las palabras de Maduro para hacer creer que el motor turismo estaba carburando más que nunca.
Según el reporte de Probox, la etiqueta FITVENEsDesarrollo que se posicionó en la red social Twitter registró el 1 de diciembre un total de 507.831 tweets, de los cuales 91,97% vinieron de cuentas inorgánicas, es decir de bots y cuentas que solo replican contenido propagandístico. Esto quiere decir que el mensaje dicho por Maduro de reactivar los créditos para el turismo se amplificó en gran manera.
El turismo no existe para la banca
A pesar de que Maduro y toda su maquinaria en Twitter dio a entender que las arcas estaban abiertas para este sector, la realidad es otra y así lo demuestra el último reporte de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), en el que indica que la banca venezolana solo tiene en su cartera de créditos al sector turístico el irrisorio monto de 1.245 bolívares, lo cual equivale a apenas $55,65
Para tener una mejor idea, este monto representa el 0,000009% del total de la cartera de crédito de la banca del país, la cual de por sí es sumamente pequeña para la alta demanda de créditos en Venezuela ($573 millones).
Entonces, la verdadera pregunta sería: ¿Por qué el gobierno amplifica la mentira de los créditos al turismo? y ¿de dónde saca el gobernador de La Guaira la cifra de 1,6 millones de dólares en financiamiento turístico solo para esta región?
No solo es el turismo. En los últimos meses se ha desplegado una campaña por parte del gobierno para impulsar la sensación de una reactivación bancaria, enfocada principalmente en el sector emprendedor, que busca crear un espejismo sobre una recuperación económica que aún es muy lejana para un país que redujo su economía en más de 80% en solo 8 años.
El Gobierno de Maduro busca legitimarse y generar la sensación de una recuperación económica que está alejada de la realidad, pues según las más recientes proyecciones económicas, en un periodo de crecimiento constante, Venezuela podría tardar hasta 52 años en retomar su economía pre crisis.
Terán también señaló que en esta jornada se estaban entregando créditos por hasta 20 mil dólares a 200 representantes del sector turístico, y que era la décima jornada que se realizaba. Nada de esto se ve reflejado en los apenas $55 que reporta el Sudeban.
Si quieres descubrir los puntos claves de la realidad dentro del cartera turística de créditos de la banca, desliza en las imágenes.
¿Qué «platica» pueden soltar los bancos?
Aunque el Gobierno cree un discurso en el que le pida a la banca «soltar la platica», acá existen dos problemas. Uno la Sudeban mantiene la cuerda al crédito bancario al exigir un encaje legal de 73% para los depósitos en bolívares y autorizar solo el 30% de préstamos de los depósitos en dólares. El segundo, es que así pudiera, la banca venezolana tiene poco dinero que prestar.
Respecto al primer punto, para frenar la inflación, el gobierno chavista inició una política monetaria para restringir la circulación del dinero en el país a través de lo que se conoce como encaje legal. El encaje legal es el porcentaje de dinero en depósitos en los bancos que la ley exige que deben guardar y que no pueden prestar. Este dinero se guarda o «encaja» en el Banco Central de Venezuela (BCV).
Para 2002, el encaje legal en el país se encontraba en el orden de 15%, un porcentaje alto para los países desarrollados, pero que iba con la media de los países de ingresos medios, según el Banco Mundial. Hoy el encaje en Venezuela es de 73% y llegó a estar en 100%.
El encaje legal de la banca venezolana supera por mucho a los porcentajes establecidos para los países vecinos. El país más cercano a Venezuela es Brasil con 25% de encaje legal, mientras que Colombia tiene un encaje de 11% y Perú tan solo de 3%.
En segundo lugar, tras la política tan restrictiva, la banca se achicó y empezó a caer su actividad, a la par que la economía del país también lo hacía. Mientras en 2012 la cartera de créditos en Venezuela se encontraba en 32 mil millones de dólares, según cálculos de la consultora financiera Ecoanalítica, 10 años después la reducción de esta cartera ha sido de 98%. Por esta razón el dinero para prestar no es suficiente.
La banca dispone aproximadamente de $257,4 millones (30%) para dar préstamos indexados al dólar y tiene una cartera de créditos en bolívares de $573 millones. En el caso hipotético de que los bancos pudieran otorgar en préstamos el total del 30% de los depósitos en dólares, entonces la cartera de créditos aumentaría a 761,4 millones de dólares, lo cual se acercaría a tan solo 1 punto del PIB en créditos. La cartera de créditos de Chile, para poner un ejemplo, representa 88,7 puntos del PIB.
Los analistas apuntan a que solo el sector privado necesita alrededor de 6 mil millones de dólares, cuatro veces más que los depósitos totales de la banca y 12 veces más de lo que actualmente están prestando los bancos. Entonces, poder atender la cartera de créditos de turismo, la cual no ha sido atendida en ningún sentido, es complejo.
Turismo: Los malos de la clase
Otro punto clave respecto al financiamiento del sector turismo es que en el caso de Venezuela no se sabe por dónde empezar.
Según el informe del Foro Económico Mundial que establece Índice de Competitividad de Viajes y Turismo por países, Venezuela se encontró en 2021 entre las últimas diez economías del mundo en competencias turísticas al ubicarse en el número 108 de 117.
Si restringimos el estudio a solo Latinoamérica, el resultado para Venezuela es peor. Somos el último país en la región en lo que se refiere a desarrollo turístico.
Los resultados de este índice son reveladores. En una escala del 1 al 7, en la que 1 es peor y 7 es mejor, Venezuela obtuvo un puntaje de 3,1.
Hay varios puntos claves que evaluar en este estudio respecto a la baja competitividad del país en el sector turístico: El primero es que nuestra infraestructura tanto de servicios como de transporte está por debajo incluso del promedio de 3,1 del índice total. Por lo que la inversión que se debe hacer en este sector es grande y no depende solo de los créditos para posadas, hoteles o restaurantes, sino de los planes de vialidad que debe garantizar el gobierno.
Aunque desde Conseturismo no tienen un estimado de cuánto financiamiento necesita el sector para realmente ser competitivos en el mundo. La posición tan baja en la que se encuentra el país deja ver que las inversiones deben ser cuantiosas y no solo venir del sector bancario, sino de presupuestos gubernamentales que al igual que la banca, están restringidos.
Este trabajo forma parte de las entregas de la Coalición Informativa “C-Informa”, equipo periodístico venezolano que tiene como objetivo hacerle frente a la desinformación y está integrado por Medianálisis, Efecto Cocuyo, El Estímulo, Cazadores de Fake News y Probox con el soporte del Consorcio para Apoyar el Periodismo Independiente en la Región (CAPIR) y la asesoría de Chequeado de Argentina y DataCrítica de México.