Documentos alterados, convocatorias anónimas y cibervigilancia incrementan la tensión en Venezuela tras las presidenciales

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Mientras que el chavismo persigue a la disidencia en las plataformas digitales y fuentes no confiables convocan a manifestaciones no reconocidas por la oposición, aumenta la discusión sobre la necesidad de una verificación cruzada de las actas

Cumplidas dos semanas de las elecciones presidenciales en Venezuela, los venezolanos se mantienen expectantes sobre lo que ocurre con relación a las actas de las máquinas de votación, la mayoría reveladas por la oposición representada por María Corina Machado y Edmundo González Urritia, mientras que, paralelamente, otros excandidatos al 28 de julio intentan darle un espaldarazo a la narrativa del chavismo sobre la autenticidad de las actas.

Todo esto ocurre mientras la ciudadanía se debate entre expresar su opinión en las plataformas digitales y resguardar su integridad ante una serie de medidas represivas que han calado en las redes sociales más personales, como los servicios de mensajería, al tiempo que surgen viejos elementos, como los «opositores radicales», que buscan avivar aún más la polarización del contexto político en Venezuela.

José Brito presentó un acta electoral con indicios de manipulación

El excandidato presidencial declaró que existen dos actas de una misma mesa electoral, con las mismas firmas de testigos y miembros de mesa, pero con distintos resultados: la entregada por su testigo y la mostrada por el comando Con Venezuela en la página web resultadosconvzla.com. Sin embargo, el documento que presentó en el programa Primera Página de Globovisión es una falsificación.

El acta mostrada en pantalla está compuesta por el membrete y resultados del acta de la mesa 4 del Grupo Escolar República de Chile, parroquia San Cristóbal del municipio Bolívar, estado Anzoátegui. Mientras que las firmas y el código QR son de la mesa 6 del mismo centro.

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El documento presentado por Brito está manipulado. Al comparar los datos del acta de la mesa 4 mostrada por el excandidato presidencial con la que aloja resultadosconvzla.com, se constató que este último tiene los 3 votos, pero los nombres y firmas de miembros y testigos de mesa no son los mismos que aparecen en el acta falsificada.

Por parte del chavismo, el presidente de la Asamblea Nacional y jefe del comando de campaña de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, insiste en que la oposición venezolana solamente ha publicado 30% de las actas de las máquinas de votación. Pero de acuerdo con el portal resultadosconvzla.com, la última actualización del 1° de agosto contabilizó que 85,03% de las actas ya eran de dominio público.

De igual forma, el pasado 9 de agosto, Cazadores de Fake News en alianza con Connectas y los medios que forman parte de la coalición La Hora de Venezuela / Venezuela Vota, republicaron las 25.073 escaneadas (85,03% de las actas) que el equipo del Comando con Venezuela colgó en la página resultadosconvzla.com, en una colección de la herramienta Pinpoint de Google Journalist Studio.

Cualquier persona puede acceder a la colección en Pinpoint a través de este enlace.

Cibervigilancia y mentiras virales asedian a la disidencia para atemorizarla

A través de las fuerzas de seguridad y sus medios de propaganda y operadores de desinformación, el chavismo arrecia sus intentos para acallar a quienes no son sus simpatizantes. Aplicaciones como VenApp han sido utilizadas para identificar y delatar a quienes se manifiestan tanto en contra de Nicolás Maduro como de los resultados de las presidenciales del 28 de julio ofrecidos por el Consejo Nacional Electoral.

Frente a esto, la respuesta de los usuarios ha sido una ola masiva de denuncias de la VenApp en Apple Store y Google Play, lo cual ha llevado a la inhabilitación de la aplicación en esas tiendas.

Otra de las tácticas del oficialismo para silenciar las críticas en su contra ha sido el llamado a dejar de usar WhatsApp. Nicolás Maduro ha alegado que el servicio de mensajería se utiliza para presuntamente perpetrar ataques contra Venezuela, y ha pedido migrar a otras aplicaciones como WeChat o Telegram.

En este contexto, aumenta el número de cadenas por mensajería para infundir miedo. Tal es el caso de un texto viral en el que se asegura que que los Tribunales de Justicia de Cumaná, estado Sucre, dictaron orden de aprehensión contra el “administrador” de un grupo de WhatsApp y Facebook por aceptar en sus canales de difusión “mensajes y videos incitando al odio”. La persona detenida, sin embargo, es Pedro Lucas Rodríguez, un reportero local; su orden de detención podría estar relacionada con su oficio.

Las apariencias pueden engañar

En el contexto de una ola de ataques de denegación en contra de páginas web gubernamentales que ha sido atribuido a cuentas vinculadas con hacktivistas que se identifican con “Anonymous”, ha resurgido la difusión de contenidos desinformativos aparentemente publicados por “opositores radicales”, que podrían tratarse de actores encubiertos y que a través de cuentas anónimas en redes sociales pueden difundir narrativas desinformativas.

El surgimiento de este tipo de actores es algo de lo que se viene advirtiendo desde 2019 desde Cazadores de Fake News. Además de la propagación de convocatorias violentas y «sin retorno» –que contradicen a los llamados a movilizarse pacíficamente realizados por voceros de la oposición–, algunas de estas cuentas podrían estar intentando sembrar discordia y promover acciones violentas que luego pueden ser aprovechadas como subterfugio por parte del oficialismo para escalar la represión en contra de manifestantes.

Uno de los mayores problemas para hacer frente a estas cuentas es la imposibilidad de identificarlas a todas. Por tanto, el llamado no es solamente a la mesura y al pensamiento crítico; también a constatar con fuentes verificadas y canales de comunicación oficiales.


Cazadores de Fake News investiga a detalle cada caso, mediante la búsqueda y el hallazgo de evidencias forenses digitales en fuentes abiertas. En algunos casos, se usan datos no disponibles en fuentes abiertas con el objetivo de reorientar las investigaciones o recolectar más evidencias.

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