Analizamos el bulo de la semana para explicar la diferencia entre desinformación e información errónea.
La evolución de las tecnologías de comunicación e información, obliga a periodistas y a usuarios a cambiar sus hábitos de consumo y, con ellos, surgen nuevas prácticas y términos que deben ser del dominio de toda la sociedad para entender la información y la comunicación como hechos sociales de los que todos participamos.
La amplitud de este concepto se ha quedado corta para definir toda la información falsa que circula en internet y excluye aquellos formatos ajenos al periodismo como: memes, audios o publicaciones en redes sociales que no son periodísticas. Por esto, organizaciones como la Unión Europea, las Naciones Unidas y la Red Internacional de Verificadores (IFCN por sus siglas en inglés) desaconsejan su uso.
Además, el término “fake news” ha venido siendo usado discrecionalmente, al menos desde 2016, por líderes políticos para desacreditar y atacar críticas de periodistas, de adversarios reales o percibidos e, incluso, de ciudadanos.
Glosario C-Informa
Hasta este punto, podemos concordar en que el hecho de Drew Brees recibió una descarga eléctrica del Relámpago del Catatumbo es mentira, pero… ¿Es desinformación?
Luego de que se conociera que el video formaba parte de una estrategia publicitaria, autoridades venezolanas y algunos tuiteros, reclamaron a los (pocos) medios de comunicación venezolanos que compartieron la información, acusándolos en algunos casos de difundir “fake news”, o de desinformar.
Pero el falso video del rayo que impactó a Drew Bress no tuvo una intención de daño, ni abierta, ni encubierta. La mentira simplemente fue un ardid publicitario similar a las dinámicas sociales que se hacen cada 28 de diciembre con motivo del Día de los Inocentes.
Por lo anterior, el caso puede ser considerado “información errónea” y no “desinformación”, ya que carece de intención de daño-.
El contenido humorístico que es erróneamente interpretado como cierto o cualquier campaña publicitaria que se vale de un hecho forjado —pero que no ataca ni hace daño moral o físico a ninguna persona o institución— también entran en esta categoría. Es contenido engañoso, que muchas personas pueden rechazar al haber sido víctimas de un engaño, aunque el bulo no generó, ni estuvo diseñado para generar un daño social o político que deba ser condenado.
Otro ejemplo de información errónea mal interpretada, fue el “chiste” de los “14 venezolanos rescatados de morir ahogados en las costas de Bolivia”, que se originó en Facebook, migró a Twitter y fue utilizado por algunas cuentas influenciadoras del oficialismo venezolano para asegurar, sin mostrar pruebas, que había sido “una mentira de los medios”.
Sobre el bulo de que Drew Brees, estrella de la NFL, fue impactado por el Relámpago del Catatumbo, podemos concluir que:
- Fue una mentira publicitaria. Un “chiste” que, como el contenido satírico, no tuvo intención de causar daño (aunque haya sido un engaño).
- Como no tuvo intención de daño, no lo consideramos desinformación (“disinformation”), sino información errónea (“misinformation”)
- En el “Glosario de la Desinformación” de C-Informa se explica la diferencia
- Autoridades de muchos países en Latinoamérica no saben, no quieren o no pueden distinguir entre desinformación e información errónea y suelen pensar que cualquier mentira forma parte de un esquema de manipulación diseñado para generar daño al país, o de una compleja Operación Psicológica (sin demostrarlo)
- Casos como este son usados como oportunidades para dañar la credibilidad de medios y periodistas, acusándolos de difundir “fake news” (término en desuso), poniendo en el mismo nivel las falsedades con intención de daño que surgen del otro lado.
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