Según el informe, el gobierno buscó dominar los medios tradicionales y redes sociales para propagar desinformación y difundir propaganda que, junto al bloqueo de medios independientes, limita el acceso a información plural y socava la libertad de expresión en el país
Durante la campaña presidencial y las semanas posteriores, en Venezuela predominó el control informativo y la desinformación con un patrón sistemático de manipulación de la opinión pública y represión de voces disidentes. El oficialismo controló tanto los medios tradicionales como las redes sociales, donde el 79,1% de las tendencias fueron impulsadas por el propio gobierno y esto incluyó el uso de recursos estatales en propaganda, violando las normativas electorales. Así lo documenta el informe titulado “Crisis postelectoral y de DD.HH. 2024 en Venezuela. El Libro Negro de la Dictadura 2024”, un archivo que compila el registro de diversas iniciativas defensoras de derechos humanos en Venezuela en el contexto electoral.
Mediante campañas de desinformación y el uso de la aplicación VenApp para incentivar denuncias ciudadanas, el Estado intentó desacreditar a opositores y crear un clima de miedo. El bloqueo de medios digitales independientes y el cierre de estaciones de radio reforzaron una estrategia de censura que restringe el acceso a información diversa. Este control informativo, junto con campañas intimidatorias como la “Operación Tun Tun”, institucionalizaron el miedo, limitando el espacio cívico y vulnerando derechos fundamentales como la libertad de expresión y el acceso a la información.
Dicho documento fue publicado bajo la firma genérica “Derechos Humanos de Venezuela en Movimiento”, siendo la primera vez que organizaciones defensoras de DD.HH. se abstienen de firmar un reporte unitario como medida de protección para los colaboradores.
Censura, desinformación y propaganda gubernamental reseñada
El informe señala que la persecución y el control de la información fueron elementos clave para silenciar a la oposición y proyectar una fachada de legitimidad en medio de la crisis política. Sin embargo, a pesar de la violencia y la represión, la voluntad popular de exigir justicia y transparencia se mantuvo firme.
Durante las conversaciones en línea, el gobierno organizó operaciones de influencia basadas en desinformación y propaganda. «El Libro Negro de la Dictadura 2024» documenta varios eventos clave en los que voceros y comunicadores estatales promovieron desinformación a través de diversas plataformas digitales.
- Uso de la plataforma VenApp para denunciar manifestantes: La herramienta, originalmente presentada por el gobierno como un canal de denuncias comunitarias y bajo el pretexto de proteger el orden público, se transformó en un mecanismo para proporcionar información de la disidencia política y, por ende, restringir el espacio cívico y fomentar la autocensura.
- Propaganda electoral en centros de votación: El 21,6% de la propaganda electoral fue a favor de Nicolás Maduro, 10,4% a favor de Edmundo González Urrutia y 1,5% relacionado con otros candidatos. Además, se reportaron denuncias sobre escaneos del Carnet de la Patria y movilización de electores con recursos públicos.
- Manipulación de redes sociales: Entre enero y mayo de 2024, el oficialismo posicionó el 79,1% de las tendencias en redes sociales, muchas de ellas coordinadas por el Ministerio de Comunicación e Información para apoyar la candidatura de Maduro y desprestigiar a María Corina Machado. Sin embargo, la conversación se fue modificando a medida que se iban acercando las elecciones y la tendencia se inclinó a favor de Edmundo González.
- Falso positivo de un asesinato: El gobierno calificó de “falso positivo” el asesinato de un manifestante en las protestas postelectorales y maquilló el hecho al aseverar que Aníbal José Romero Salazar, conocido como “Pimpina”, seguía vivo y difundió el testimonio de un joven que se hizo pasar por él, generando una campaña de desinformación para desacreditar las denuncias de asesinatos durante protestas.
- Operación Tun Tun: Desde las fuerzas del orden también se adelantó una campaña de persecución impulsada en redes sociales que expone a ciudadanos críticos al gobierno y le da pase libre a los cuerpos de seguridad del Estado a realizar arrestos masivos. Algunos de los detenidos bajo esta campaña fueron forzados a grabar videos pidiendo disculpas utilizando etiquetas como #ComanditosDelTerror para intimidar.
- Doxxing masivo: El régimen también llevó a cabo una campaña de doxxing masivo como parte de la llamada «Operación Tun Tun». Se revelaron datos personales de opositores, incluyendo direcciones y números de teléfono, creando un ambiente de terror y propiciando represalias contra quienes se atrevían a criticar al gobierno.
- Mensajes atemorizantes en campañas: Durante el proceso electoral, se distribuyeron en las bolsas CLAP panfletos que mostraban a María Corina Machado y Edmundo González como amenazas para la paz. También fueron impulsadas etiquetas en redes sociales y narrativas en contra de los líderes opositores en un intento de manipular a los votantes.
- Censura y control digital: Durante el proceso electoral, fueron bloqueados sitios web y URLs críticos al gobierno, así como campañas en redes sociales que apoyaban al candidato opositor Edmundo González, y a su aliada María Corina Machado. Según datos de Ipys Venezuela y Laboratorio de Paz, hasta el 28 de julio de 2024 por lo menos 58 sitios web y portales de información fueron bloqueados por las operadoras de telecomunicaciones, por lo que no eran de acceso público dentro de Venezuela.
- Ciberpatrullaje y represión en redes: En una estrategia coordinada para suprimir a la disidencia, el gobierno realizó ciberpatrullaje, bloqueó medios digitales y persiguió a críticos en plataformas como TikTok, Instagram, X y WhatsApp.
- Falsa atribución de “fake news” a la oposición por parte del gobierno: El mismo líder del oficialismo, Nicolás Maduro, acusó a la oposición venezolana de fabricar “fake news” para, según, desestabilizar al país. “La gente lo ve y lo cree. Porque es un laboratorio que tiene un guión, laboratorio de la terrorista Machado, del cobarde de González Urrutia”, dijo Maduro el 31 de julio en rueda de prensa, siendo una narrativa repetida en varias ocasiones y amplificada por portales y comunicadores afines al régimen.
Aunque los patrones de represión del gobierno — ampliamente documentados — han sido recurrentes, se ha observado un aumento en la estigmatización, persecución, hostigamiento y control tras los recientes comicios que marcó un hito en la historia del país.
Entre los principales afectados por las políticas de criminalización del Estado —materializadas en detenciones arbitrarias masivas e indiscriminadas —están las personas que usan sus redes sociales para expresarse. Esta arremetida fue, probablemente, una respuesta a la pérdida de espacios para la narrativa chavista, según analiza el Observatorio Digital Probox en el citado informe.
“Durante las elecciones y los días posteriores, la narrativa del chavismo iba perdiendo espacio dentro de la conversación en línea (…) El mayor número de etiquetas registradas fueron de protesta ciudadana, exigiendo la auditoría de las actas electorales y la libertad de Venezuela”. Probox, para El Libro Negro de la Dictadura
La red social X (antes Twitter) es una plataforma que sirve como referente informativo para la sociedad venezolana ante la censura a la que son sometidos los medios de comunicación tradicionales y digitales. La mayoría de analistas, políticos, periodistas y medios independientes se congregan en esta red social también restringida en el país como reacción al ejercicio de la infociudadanía y a las teorías de Nicolás Maduro sobre la supuesta participación del dueño de la plataforma, Elon Musk, en una campaña comunicacional en su contra.
Las actuales circunstancias han obligado a que activistas y líderes sociales reduzcan su perfil público y que el trabajo de las organizaciones no gubernamentales, el cual se basa en la documentación, denuncia y difusión de los casos, se haya tenido que limitar casi exclusivamente a documentar.
El «Libro Negro de la Dictadura 2024» es un aporte comunicacional e histórico que muestra la evolución de las irregularidades, restricciones y violaciones a los derechos humanos. Además, documenta cómo el gobierno de Venezuela ha refinado sus tácticas de propaganda y desinformación, bloqueando sitios web críticos y usando redes sociales para manipular la narrativa pública y contener el evidente descontento social.
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