La desinformación, con documentos falsificados y audios alarmistas, marcó las elecciones en Venezuela, influyendo en un electorado ya polarizado.
Encuestas cuestionables, falacias contra actores políticos y cerco comunicacional se recrudecen en la campaña presidencial
La propagación de narrativas desinformativas y bulos atribuidos a fuentes poco confiables es más frecuente con la cercanía al 28J
La participación del alto mando de las FANB en la difusión de un bulo contra la oposición —previamente desmentido— redimensiona el problema de la desinformación electoral
En el contexto de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, tres temas clave ilustran cómo se ha manipulado la información para sembrar discordia y desconfianza dentro del voto opositor.
La desinformación electoral emplea cualquier cifra favorable, ya sea de encuestas poco fiables o casas de apuestas en línea, y también recurre a rumores religiosos para manipular la opinión pública y conquistar el voto a favor del candidato del chavismo.
Encuestas sospechosas, infiltración de militantes del PSUV en concentraciones opositoras e imágenes manipuladas digitalmente son usadas para sostener la narrativa de una oposición al servicio de Estados Unidos
La desinformación electoral se amplifica desde medios aliados al gobierno, falsos portales independientes y grupos en cuentas de redes sociales que impulsan propaganda y desinformación de forma encubierta
Las narrativas de la semana hacen hincapié en los supuestos vínculos de la oposición con Estados Unidos, a través de la CIA o improbables financiamientos, así como en la supuesta censura de la cual es víctima el aparato de propaganda de Maduro
La estigmatización y las campañas de desprestigio impactan tanto a periodistas como a figuras políticas, destacando el uso de desinformación como herramienta de manipulación.