Esta semana se detectaron cuentas suplantando identidades en redes sociales e imágenes falsas ya desmentidas para atacar a opositores y manipular a las bases oficialistas
Esta semana, se descubrieron numerosas cuentas falsas en redes sociales que suplantan la identidad de Edmundo González Urrutia, candidato presidencial, que han difundido falsedades sobre sus posturas políticas. En el programa de televisión “Con el Mazo Dando” se mostraron imágenes alteradas y desmentidas previamente para desacreditar a figuras opositoras como María Corina Machado. Este bombardeo constante de información manipulada podría estar diseñado para reforzar la lealtad al partido de gobierno y distorsionar la percepción colectiva sobre temas sensibles.
40 clones de Edmundo González
Más de 40 cuentas falsas de Instagram suplantan la identidad de Edmundo González Urrutia, candidato presidencial por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). Una de ellas ha publicado contenido engañoso durante varias semanas y con el uso de tweets fabricados atribuye al candidato falsas declaraciones sobre temas críticos como las sanciones internacionales y las políticas internas de Venezuela.
Los usuarios de Instagram han sido expuestos a ese contenido falsodonde González —supuestamente— critica a la plataforma de Vente Venezuela, responde a otros candidatos presidenciales como Antonio Ecarri, e invita a un debate público a Nicolás Maduro, afirmando que las sanciones son un “fracaso estratégico”. Incluso, uno de los tweets sugiere al público que “duden siempre de los políticos, incluso cuestionen mis palabras cuando llegue el momento”, una narrativa desinformante que mina la confianza en el discurso político en general.
La cuenta con más seguidores entre estas falsificaciones ha cambiado su nombre 24 veces, dificultando su rastreo y reporte. Para el momento de redacción de este artículo, ese falso perfil tiene 11.800 seguidores y sigue propagando desinformación, mientras que la cuenta legítima de González en Instagram (@egonzalezurrutia) tiene 72.000 seguidores y nunca ha alterado su nombre de usuario.
“Con el Mazo Dando” amplifica desinformación aun cuando ya ha sido desmentida
“Con el Mazo Dando”, emitido en Venezolana de Televisión —un canal en señal abierta bajo control gubernamental—, ha sido identificado como una plataforma recurrente para la diseminación de contenido estigmatizante y de odio contra adversarios del gobierno venezolano. En su edición número 474 transmitida el 1 de mayo, el programa utilizó manipulaciones digitales y desinformación, que ya habían sido desmentidas, en múltiples ocasiones para atacar a María Corina Machado.
En una de las instancias, el programa reutilizó una imagen previamente desmentida donde María Corina Machado aparece haciendo una “mueca de asco”. Esta imagen fue presentada como portada de una sección del programa, a pesar de haber sido denunciada como una manipulación digital de su expresión real en eventos públicos. Además, en otra oportunidad, se mostró a Machado sosteniendo un afiche del candidato Edmundo González, en el que se puede ver una bandera de Estados Unidos —que fue insertada digitalmente—en el fondo, insinuando falsamente una alineación política del candidato presidencial que busca descreditar su imagen.
Durante esta emisión del programa también se revivieron acusaciones que vinculan a Óscar Castañeda, un seguidor de Machado detenido en Turén, con el narcotráfico. La única prueba de ese supuesto vínculo es que Castañeda portaba una gorra con las siglas JGL en un video de apoyo a Machado, intentando desviar la atención de su detención arbitraria y pintar un cuadro negativo de sus asociaciones políticas.
Estas tácticas de desinformación no son aisladas, ya que el programa ha sido señalado por promover intencionalmente narrativas falsas que, aunque tienen su origen en redes sociales, son amplificadas en sus emisiones cada miércoles. A pesar de las afirmaciones de uno de sus productores a Sputnik, en las que describe a “Con El Mazo Dando” como un espacio de “contrapropaganda sin odio, en clave de humor”, la evidencia sugiere una estrategia coordinada y sostenida de estigmatización a líderes políticos, periodistas e integrantes de organizaciones de la sociedad civil.
El público oficialista es la principal víctima de la desinformación oficialista
En Venezuela, la desinformación promovida desde el aparato de propaganda del Estado afecta principalmente a sus propios seguidores. Contrariamente a la narrativa predominante que apunta a la oposición como fuente de desinformación, son las estructuras del oficialismo las que activamente diseminan información falsa para mantener la lealtad de sus bases al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Las técnicas utilizadas para este fin incluyen la creación de cuentas falsas en redes sociales, la difusión de rumores sin pruebas, la publicación de encuestas de dudosa procedencia y la manipulación digital de imágenes y videos que son frecuentemente transmitidos por canales de televisión nacional. Este conjunto de estrategias forma parte de un ecosistema de propaganda orquestado para amplificar mensajes que benefician al gobierno y perjudican tanto a oponentes políticos reales como percibidos.
Uno de los ejemplos más evidentes de esta táctica fue el video en el que un grupo de venezolanos de la etnia Pemón sustituye la bandera de Guyana por una de Venezuela en el contexto del referéndum por el Esequibo en 2023. Según los medios oficialistas, ese video había sido grabado en el Esequibo, en la misma cima en la que el presidente de Guyana, Irfaan Alí, había izado la bandera de su país días antes.
Sin embargo, con el uso de técnicas de geolocalización y fuentes en el sector se pudo comprobar que el video impulsado desde el gobierno había sido grabado realmente en la cima del Tepuy Chirikayén, en el estado Bolívar, muy lejos de la frontera con el Esequibo. Este es uno de los incidentes que ha permitido demostrar cómo se manipula la información para invocar al nacionalismo, promover narrativas progubernamentales y desviar la atención de temas incómodos.
Cazadores de Fake News investiga a detalle cada caso, mediante la búsqueda y el hallazgo de evidencias forenses digitales en fuentes abiertas. En algunos casos, se usan datos no disponibles en fuentes abiertas con el objetivo de reorientar las investigaciones o recolectar más evidencias.